En la biblia se encuentra consignado un extenso catálogo de pecados y delitos que pueden ser castigados con penas como la muerte, el destierro y la restitución.
Por ser la Semana Mayor abordaremos algunos de los principales pecados, delitos y penas descritos en el texto de la biblia, que describiremos a continuación…
La hechicería era castigada con muerte según el texto Éxodo 20-18: «A la hechicera no dejarás que viva».
Realizar ofrenda a otros dioses distintos a Jehová también era castigado con muerte según Éxodo 20-20: «El que ofrezca sacrificio a otros dioses, excepto solo a Jehová, será muerto».
Los pecados sexuales también eran castigados con muerte, basta leer el extenso catálogo de conductas descritas en Levítico 18, 19-30 para reconocer las conductas y su condena, así:
«19 Y no llegarás a la mujer para descubrir su desnudez mientras esté en su impureza menstrual. 20 Además, no tendrás acto carnal con la mujer de tu prójimo, contaminándote con ella. 21 Y no des hijo tuyo para ofrecerlo por fuego a Moloc; no contamines así el nombre de tu Dios. Yo Jehová. 22 No te echarás con varón como con mujer; es abominación. 23 Ni con ningún animal tendrás ayuntamiento amancillándote con él, ni mujer alguna se pondrá delante de animal para ayuntarse con él; es perversión. (…).
24 En ninguna de estas cosas os amancillaréis; pues en todas estas cosas se han corrompido las naciones que yo echo de delante de vosotros, 25 y la tierra fue contaminada; y yo visité su maldad sobre ella, y la tierra vomitó sus moradores. 26 Guardad, pues, vosotros mis estatutos y mis ordenanzas, y no hagáis ninguna de estas abominaciones, ni el natural ni el extranjero que mora entre vosotros 27 (porque todas estas abominaciones hicieron los hombres de aquella tierra que fueron antes de vosotros, y la tierra fue contaminada); 28 no sea que la tierra os vomite por haberla contaminado, como vomitó a la nación que la habitó antes de vosotros. 29 Porque cualquiera que hiciere alguna de todas estas abominaciones, las personas que las hicieren serán cortadas de entre su pueblo. 30 Guardad, pues, mi ordenanza, no haciendo las costumbres abominables que practicaron antes de vosotros, y no os contaminéis en ellas. Yo Jehová vuestro Dios.»
Los delitos contra la propiedad, como el hurto, podían ser castigados con restitución de la cosa. Por su parte, la penetración en propiedad ajena podía ser castigada con destierro e incluso con muerte. Sobre el particular exponemos las siguientes referencias bíblicas:
Éxodo 22:2-3: «2 Si el ladrón fuere hallado forzando una casa, y fuere herido y muriere, el que lo hirió no será culpado de su muerte. 3 Pero si fuere de día, el autor de la muerte será reo de homicidio. El ladrón hará completa restitución; si no tuviere con qué, será vendido por su hurto».
Éxodo 22:1: «Cuando alguno hurtare buey u oveja, y lo degollare o vendiere, por aquel buey pagará cinco bueyes, y por aquella oveja cuatro ovejas».